Domingo, 13 de marzo
Parece que hace ya largo tiempo desde que os reunimos para presentaros este programa. Y, sin embargo, aquí está y todo listo. Quizá se tardó más en preparar las maletas y despertarse sin ápice de sueño porque el camino al aeropuerto de madrugada se hizo largo y pesado a esa hora, no obstante los ánimos están altos y los chicos desean vivir otra experiencia más allá de las aulas.
Hora de besitos, de hasta dentro de una semana, pero parece que les han colocado motores en los pies viendo como sortean las cintas que conducen al control de policía. Allí la cosa se complica. Quítate los zapatos, el cinturón, reloj, dinero, … todo en la bandeja y a cruzar por el escáner. Ahí no acaba todo. Alguno ha de pasar una segunda inspección como si llevara “maría” en la mochila. Pobres inocentes seguro que pensaban:”pero si yo no he hecho ná”
La puerta de embarque parece estar al otro extremo de BCN con una cola interminable para entrar en el avión que hace a más de uno pensar en voz alta: “y nosotros, dónde nos vamos a sentar?”. Yo sonrío y ya dentro se relajan y bromean.
Llegada a Birmingham y allí comienza el interrogatorio de nuevo. Dos polis cañeros les hacen sacar toda la documentación y alguno ha de recurrir a su inglés para justificar las preguntas del personal de control de pasaportes. Ahora llegamos al bus, peculiar para ellos por ver que se conduce “al revés”. Sin embargo lo que llama su atención es cómo el “agüelo driver” se las ingenia para montar un tetrix con todas las bolsas y maletas en un ínfimo espacio en la parte trasera del minibus.
Llegamos a Cheltenham en un día soleado, atípico para esta época, aunque frío. Y al más puro estilo guiri, llega Hanna, la chica que ha seleccionado las familias, vestida en manga corta como si fuera de Bilbao. Al rato está tiritando, y recurriendo al más puro estilo británico, fran hace gala de “gentleman” y le da su chaqueta antes de que se quede como lagarto en pleno invierno.
Tras la recogida por parte de las familias toca vivir las primeras impresiones, abrir la boca en inglés y pasar la tarde charlando con ellos. La mía (Dave y su mujer rusa Tanya) consideraron que un paseo y un poco de turismo eran una buena idea. Y tan buena. Me acercaron a la famosa abadía de Tewkesbury y que aún no había visitado. Un buen plan para antes de la cena temprana. Flipe total para los chicos eso de que a las 6 de la tarde te pongan la cena en el plato. Pero se acostumbrarán esta semana, estoy seguro. Y mientras eso ocurre, un poco más de charla para irse conociendo, juego con gatos y niños dependiendo de la familia con que están, y, antes de ir a la cama, unas cuantas bromas con el móvil. Muchas emociones para un día. Pero esto es lo que les da aliciente, porque vivir esta experiencia ha sido para ellos entrar en lo nuevo y en lo bueno y esto ayuda a madurar. Tal y como decía San Pablo: “Omnia probate, bonum tenete”. Hoy se acostarán felices y mañana sabrán que comienza otra experiencia, y, entonces, seguirán creciendo y madurando.
Bona nit!
